El ocio inclusivo es un derecho para todas las personas con discapacidad que viene estipulado tanto en la Constitución en su artículo 49 como en la Convención de la Organización de Naciones Unidas (ONU) sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Parte fundamental para conseguir que todas las personas puedan disfrutar de algo tan básico como su propio tiempo libre. Por ello se requiere la implantación de actividades recreativas o lúdicas que puedan ser aprovechadas y disfrutadas por todos. Garantizando la accesibilidad universal. Además de contar con profesionales especialistas que puedan coordinar las actividades que sean necesarias cubriendo las necesidades de cada persona.

Aunque lo que estamos describiendo sea algo obvio no siempre es fácil ponerlo en práctica. Por ejemplo, dos de las actividades de mayor consumo son los cines y teatros. Espacios de ocio cultural a los que el gran público asiste con una destacada frecuencia. Aún así las personas con movilidad reducida se encuentran con graves obstáculos y problemas de accesibilidad para poder disfrutar de un concierto en directo o de la última obra teatral estrenada. Algo que choca frontalmente con el gran trabajo que vienen realizando los fabricantes de coches ofreciendo multitud de opciones en vehículos adaptados. Porque la independencia que se otorga por un lado, se resta por el otro. De nada sirve que una persona con movilidad reducida pueda viajar en un coche propio o en transporte público si al llegar al lugar de la actividad lúdica que quiera realizar, no puede acceder a ella. Es importante que el desarrollo se materialice de forma contundente y global y no de forma sesgada.

Barreras que dificultan el ocio inclusivo

Hay que reconocer abiertamente que las personas con movilidad reducida han estado vetadas para el disfrute de este tipo de ocio (cine y teatro) gracias a todas las dificultades con las que han enfrentado y se siguen enfrentando, en la actualidad, por culpa de los accesos (fundamentalmente para los usuarios de silla de ruedas). Sobre todo, por la construcción de los propios edificios con suelos inclinados, estrechamientos en zonas de circulación necesaria, escalonamientos en todas las zonas de asientos… Todo ello por una falta de previsión evidente. Por ejemplo, cabe remarcar que, en la mayoría de las salas, las personas que acuden con sillas de ruedas solo cuentan con ciertos huecos en primera fila sin silla o situándose delante de ella. Sin obviar el hecho de la inexistencia de subtítulos en castellano. O de una traducción a lengua de signos en cada uno de los espectáculos o largometrajes a ver.

Entre las principales barreras que dificultan el ocio inclusivo cabría destacar tres más, que a veces pasan algo más desapercibidas, como la distancia que se ha de recorrer hasta llegar al sitio de las actividades, falta de confianza en sí mismo o en los demás gracias a las dificultades del día a día o la falta de conocimiento sobre la información accesibilidad que pueda o no haber a la hora de realizar el desplazamiento.

9 beneficios del ocio inclusivo

Como bien hemos remarcado anteriormente, el ocio y el tiempo libre es un derecho. Un derecho para todas las personas y nadie debería impedirlo. Además, las actividades no deben estar enfocadas solo a las personas con discapacidad, sino que deben ser inclusivas. Parte fundamental que en ocasiones omitimos. Pero la clave de todo está en espacios y productos que promuevan la accesibilidad universal. Para todos y con todos, porque sus beneficios son remarcables:

• Disminuye el estrés
• Fomenta la empatía y la creatividad
• Incrementa la autoestima
• Facilita una mejoría en la rehabilitación física
• Mejora tanto la salud como la movilidad
• Proporciona aprendizaje
• Ofrece unas mejoras contundentes en las habilidades sociales
• Favorece el estado emocional y personal
• Previene el aislamiento social y la propia depresión

Para concluir, es importante entender que el desarrollo de conceptos como “Accesibilidad Universal”, “Usabilidad” y “Diseño para todos” benefician a todos. No únicamente a las personas con discapacidad. Se tratan de mejoras para toda la población. Porque como sociedad hay que generar espacios, situaciones y entornos para todo el mundo. Y fomentar un desarrollo global hacia un mismo objetivo.