Leticia Dolera dirige y protagoniza el tercer capítulo de ‘En casa’, la ficción original de HBO España que nos propone un viaje interesante, y que no he sentido en ningún momento perturbador a pesar de que así lo consideré en su día. Un experimento interesante, sí, pero después de tanto tiempo en casa… ¿Acaso quería más casa? Pues bien, ‘En casa’ es de verdad interesante, y está creado y desarrollado por varios de los mejores talentos de nuestro país. Además de Leticia Dolera, se han sumado a esta serie antológica Rodrigo Sorogoyen, Paula Ortiz, Carlos Marqués-Marcet y Elena Martín.
Este tercer episodio es de Leticia Dolera. Está grabado en su casa, claro, y al margen de los rostros que vemos en las pantallas que ella, a su vez, ha grabado, no contamos con nadie más. Está muy bien montado, y tiene detalles que merecen la pena, metáforas y alegorías que nos llevan a algo más grande. Y nos presenta dos jaulas.
La primera jaula de ‘En casa’
En primer lugar, su casa, que también muchos de nosotros hemos sentido, seguimos sintiendo, como una jaula que nos ha arrebatado la libertad para la que hemos nacido. Con naturalidad y con detalles que todos podemos sentir como nuestros, la directora nos muestra el día a día de una persona corriente, que proyecta ilusiones y planes más allá de la cuarentena, que piensa en futuros y viajes, que se mantiene conectada con las personas que quiere. En ella está lo que hemos pensado y lo que hemos sentido estas semanas, estos meses. En ella vemos días que todos podemos reconocer, voces de telediarios que identificamos, noticias que conocemos y localizamos en momentos concretos de este nuestro pasado más reciente.
Esta es la primera jaula. La que nos ha impuesto un virus que no hemos pedido y que nos ha hecho perder personas, quedarnos en casa, paralizar nuestra vida, pero que quizá, también, nos ha servido para detenernos un poco y reflexionar. Y pensar, y conocernos, y querernos más. Saber qué queremos, qué necesitamos, y qué futuro es el que de verdad queremos proyectar. Y eso me lleva a la segunda jaula.
La segunda jaula
Tratándose de Leticia Dolera, he comprendido pronto el verdadero significado de la jaula de su protagonista. Su protagonista se encuentra atrapada por una persona tóxica en una relación tóxica, pero no ha sido hasta que no se ha sentido atrapada por una jaula física cuando ha podido llegar, poco a poco, no sin sufrimiento, no sin cuestionarse, a esta conclusión. A ese “no me haces bien”. El camino recorrido, aunque breve, está bien resumido. Todo empieza con una pregunta: ¿es esto normal? Y una respuesta, aunque sea externa: no, no es normal. Y se tarda en llegar al final, a ese “no me haces bien”, pero eventualmente se puede llegar.
Insisto: el tiempo de exposición es breve, pues el capítulo apenas dura veinte minutos, pero se resumen y se muestran bien los sentimientos de una persona que se encuentra en este tipo de relación. Se habla de cómo puede afectar a nuestro comportamiento las opiniones dañinas y restrictivas de nuestra pareja. También de la culpa que genera querer vivir con la libertad con la que queremos vivir, con la libertad que nos pertenece por derecho, que termina siendo una libertad que daña los sentimientos del otro, que es quien tiene el verdadero problema. Y sobre lo cohibidos que nos llegamos a sentir, y sobre cómo nos descuidamos y nos perdemos, porque lo que creemos choca con el daño que creemos provocar. Todo esto está en este tercer capítulo de ‘En casa’, de forma breve y sutil, pero está. Y merece la pena.
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