Foto: Ana Márkez

“Caronte”. Como un pellizco en el corazón. Un nuevo adelanto de Alba Reche. Y es que hay temas que se convierten en una obra de arte con el tiempo…pero “Caronte” no necesita de tiempo ni de espacio para embriagarnos con su exquisitez. Y puede que nos reconciliemos con la música. Y con la nuestra en particular. Porque a veces el tiempo nos muestra que en cuestión de arte y de música tenemos artistas a los que solo hay que descubrir. Quizá tarden más de la cuenta en llegar pero llegan.

“Caronte” nos presente a una Alba Reche más íntima. A veces no hay que desnudarse literalmente para mostrarse tal cual somos. Y aquí nos tropezamos con un aire de melancolía perpetua. Quizá la parte de Alba que más nos gusta. Donde vislumbramos los matices que tiene su voz. Una voz que nadie tiene.

Alba Reche ha tomado la decisión de fusionar sus dos mundos, la música y el arte. Y esta combinación es de lo mejor que podrás encontrar en los próximos meses. Porque hablamos de un trabajo elaborado con el mayor de los cuidados. Algo a agradecer porque vivimos en un mercado musical que lo que prima es la rapidez y no la calidad. Y olvidarse de una buena carta de presentación, como es un videoclip, está a la orden del día.

El Mito de Caronte

Dentro de la mitología griega, Caronte (definición literal de brillo intenso) era el barquero de Hades. El encargado de transportar las almas de los difuntos en su barca. Cabe destacar que los propios difuntos debían llevar un óbolo para hacer efectivo el pago de su viaje al más allá. Y este es el motivo por el cual, en la antigua Grecia, los cadáveres se enterraban con una moneda bajo la lengua. O sobre los ojos. Si alguien no podía pagar tenía que vagar cien años por las riberas del Aqueronte. Pasados esos cien años Caronte accedía a llevarlos sin cobrar.

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