Mercados gastronómicos

Hace tanto tiempo que algunas de las fronteras que nos separan desaparecieron que el término ‘globalización’ parece haber quedado algo obsoleto. Ya no importa la procedencia de una serie o película, la ven al mismo tiempo una persona que vive en Francia, otra que vive en Estados Unidos y otra que lo hace en Singapur. Lo mismo ocurre con algunas costumbres, que ya no sólo pertenecen a su lugar de origen, sino que han pasado a ser globales. Y exactamente eso es lo que pasa con la gastronomía

Antes, estábamos algo más encasillados. La comida china era lo más exótico que probábamos a lo largo de nuestra vida y el sushi, por poner un ejemplo, nos parecía casi extraterrestre. Pero a día de hoy, lo raro es seguir alimentándose a base de nuestra admirada dieta mediterránea. Aunque seguimos adorándola y agradeciendo que sea nuestra base, también apostamos por otros sabores que llegan desde todos los rincones del mundo. Y ahí surge un problema. ¿Dónde comemos cuando salimos de casa? Creo que de la desesperación que puede surgir a raíz de esta pregunta es de donde nace la idea y el boom de los mercados gastronómicos

Desde que tengo uso de razón, han existido en cierta manera, combinándose con los de abastos o como una excepción, casi como una atracción turística en medio de la ciudad (véase el de San Miguel en Madrid o el de la Boquería en Barcelona). Pero ahora se han convertido en un habitante habitual de las urbes, en las que no dejan de surgir nuevos mercados que siempre acaban estando abarrotados y que se han convertido en la mejor opción para una salida con amigos, con la familia y hasta para una cita romántica. 

Mercados gastronómicos
Mercado de San Ildefonso (Madrid)

¿Por qué?

Es más que evidente por qué estos mercados gastronómicos funcionan tan bien y en tantos lugares, no sólo en grandes ciudades como las ya mencionadas Madrid y Barcelona. Ahora que hemos abierto nuestros horizontes culinarios, es muy difícil ponerse de acuerdo y a veces cuesta renunciar a ese antojo de comida vietnamita o brasileña que nos lleva persiguiendo toda la semana. Por eso, estos mercados son nuestra salvación. En ellos, cada uno puede comprar la comida que quiera y todos comparten mesa, charla y risas. 

Con estos mercados, que además suelen contar con opciones para después de las cenas o comidas y que gozan de una decoración exquisita, se han acabado las largas discusiones acerca del restaurante al que acudir. Incluso nosotros mismos podemos crear un menú degustación que recorra todo el planeta, y sin que nuestra cartera acabe con enorme agujero negro. 

Mercados gastronómicos
Mercado Puerta Cinegia (Zaragoza)

Su éxito es tal que algunos restaurantes y cadenas que han sabido ver que el futuro o, al menos, el presente está en estos mercados han apostado por adaptarse y montar su propia versión en forma de puesto. Hamburguesas, arepas, pizzas, sushi, salteados orientales, baos, pinchos españoles, paella y hasta guisos como callos. Todo lo que tu estómago pueda imaginar y desear está en estos nuevos centros gastronómicos que arrasan en nuestro país y que no dejan de crecer y reproducirse. 

Rosa Suria
Periodista. Escribo y hablo continuamente de cine, series y música.

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