‘Madres’ habla de amor. Del más grande. Del que una madre siente por un hijo. De esos sentimientos contradictorios entre lo correcto, lo imposible, el cariño y el dolor. Y Olivia, formará parte de ese enlace entre madre e hijo, dentro de un hospital. Será quien en muchas ocasiones tenga la mente tan fría como para tomar aquella decisión imposible de tomar. Quién frenará ese amor maternal que a ratos no les hace tomar buenas decisiones. Y lo más importante…en todo este recorrido, Olivia, comenzará a trazar su propio camino. Haciendo frente a esos miedos a los que hay que cerrar el paso.

Hablamos de todo ello con Aida Folch. Y salimos de esta entrevista con más ganas aún de ver cómo evoluciona esta primera temporada que este 8 de Mayo ya podréis ver en Amazon Prime Video.

Me gusta muchísimo la idea de hablar de mujeres, de hablar de las madres.

MEW Magazine (MW): Lo primero es saber cómo estás y si ya estas semanas van pesando un poco…

Aida Folch: Va a días, la verdad. Si que está siendo muy extraño, creo que para todos… Sobre todo, en mi caso, no tengo ni idea de cómo va a ser a partir de ahora todo esto. Como vamos a volver a lo que estábamos haciendo… Estaba rodando una película cuando pasó esto y se llamaba ‘Frío’ y había nieve…estábamos rodando en Andorra y llevábamos tres días y entonces, ahora, si volviéramos, que no creo que sea próximamente, porque en un rodaje hay mucha gente, ¿cómo lo vamos a hacer?

Hay días que lo llevo muy bien y estoy contenta y otros días pesa. Y quieres volver a la normalidad y estar con tus amigos… A días, supongo que como todos.

MW: ¿Cómo llega ‘Madres’ a tus manos?

Aida Folch: ‘Madres’ llega en un momento de mi vida en el que estaba pensando en irme a vivir a otro país. Y, de repente, me llaman y me ofrecen este proyecto. Me entrevisto cono Aitor Gabilondo y me cuenta que es una historia para él muy personal sobre las mujeres que el vio, durante su infancia, siempre en el Hospital. Que le gustaría que interpretara a Olivia. Y, entonces, empiezo a leer los primeros capítulos. Y me gusta muchísimo. Me gusta muchísimo la idea de hablar de mujeres, de hablar de las madres.

Me gusta mi personaje porque tiene mucha personalidad. Acepté el proyecto con los ojos cerrados. No todos los días llegan proyectos así donde tienes un protagonista, en una serie larga, que habla de cosas que te interesan.

No es un personaje fácil para que empatice con el público.

MW: ¿Cómo se inicia esa construcción del personaje y cómo la inicias tú y desde qué parte de su contexto o desde qué parte de alguna peculiaridad de Olivia comienzas esa construcción?

Aida Folch: En este personaje me costó encontrarlo. Lo entendía muy bien porque estaba bien escrito. Una mujer fría, distante, muy dura… Pero, desde el inicio, también vemos el por qué. No es un personaje fácil para que empatice con el público pero yo espero que al ver el motivo y las carencias que ha tenido la disculpen.

Me costó encontrarlo a nivel físico. Cómo vestiría, hacia donde iría… Porque en un película sabes donde empieza y donde acaba pero yo no tenía ni idea de hacia donde iría el personaje de Olivia. Suponía que ses iba a ir humanizando. Ese era el arco dramático que quería que hiciera mi personaje.

También hable mucho con las directoras. Cada directora tuvo una opinión distinta. Pero, al final, quien lleva el racord emocional eres tú.

MW: Das vida a una médica que se debe encargar del área infantil… Si ya es complicado gestionar el dolor de un adulto, cómo se vive el dolor de un niño?

Aida Folch: A Olivia pues no se le da bien lidiar con la gente como se ve en el primer capítulo. Y mucho menos con las madres. No tiene tanto problema con los niños que, en muchos casos, veremos que se ve reflejada. La veremos en un tono más dulce y más abierto.

En el caso de Elsa, que es con el personaje que más trabaja al principio, para Olivia es un auténtico espejo. Porque ella también pasó la enfermedad y quiere que esto salga adelante. Y va a ser dura con ella. Olivia está convencida de que es lo que tiene que hacer. Creo que como médico no te puedes dejar llevar por las emociones porque pasan muchas cosas ahí dentro. En el caso de Olivia parece ser que no le importa tanto pero vamos a ir viendo que las cosas que suceden dentro del Hospital le afectan y le importan. Unas más que otras.

MW: Hace unos meses en la planta de un Hospital escuché a un médico decirle a una enfermera “no puedo más con tanto dolor”. Dando vida a Olivia, ¿te has parado a pensar en todo lo que sufren estos profesionales en silencio?

Aida Folch: En este caso, soy muy diferente a Olivia. No podría ser médico. Ni de coña. Soy súper aprensiva cada vez que voy a un hospital. Soy una persona muy emocional y no podría soportarlo. Así que le doy muchísimo valor a lo que hacen. Creo que es un trabajo muy valiente, muy vocacional. Están todo el día enfrentándose a la vida, a la muerte. La gente que vive en un hospital sí que vive el aquí y el ahora.

También debe ser súper bonito y emocionante, imagino la gratificación, cuando das el alta a tus pacientes. O cuando alguien sale de la UCI y tú has puesto tu granito de arena.

MW: En Olivia encuentro el equilibrio entre empatizar con el paciente y mantener la distancia apropiada…y no es algo que quede impostado, es que se transmite y lo comprendes… ¿Ha sido algo buscado a conciencia?

Aida Folch: Buscábamos darle a los personajes tridimensionalidad. Se muestran sus defectos desde el inicio pero también puedes ver sus virtudes. Puedes ver su lado frágil. Por ejemplo, el personaje de Simón es muy importante. Olivia necesita estar en control todo el tiempo. Sino siente que su mundo se desvanece. Tiene un mundo afectivo muy escaso. Y encima ha puesto tal muro que es imposible traspasarlo. En cambio, Simón, es un personaje que la desconcierta. Le hace perder, totalmente, el control. Y es una trama muy divertida donde ella va a aprender muchas cosas. Adeás son el día y la noche. Cosa que es muy atractiva.

Luego, la relación que habrá con Marian…son una cara de una misma moneda. Aunque ellas se vean muy distintas. Tienen cosas muy común. Ese perfeccionismo, el control… Compiten entre ellas pero en el fondo se necesitan para aprender.

…cuando estás luchando por tu propia vida o por la vida de gente que quieres mucho, no existen ni clases ni diferencias…

MW: Las relaciones que surgen en un hospital, no surgen en ningún otro lado… En un hospital puedes coincidir con alguien que seguramente de otra forma no sería posible…

Aida Folch: Totalmente. Me imagino que ese tipo de situaciones, al igual que el confinamiento, son muy intensas. Y fuera de contexto. Donde pones tus prioridades en orden. Dentro de un hospital cuando estás luchando por tu propia vida o por la vida de gente que quieres mucho, no existen ni clases ni diferencias. Ahí te das cuenta de que eres un humano y que puedes enfrentarte al dolor de un segundo para otro. Nos pone a todos en el mismo nivel y se crean relaciones donde aprendes de otros y donde se expone lo más importante que es la humanidad, el compañerismo, la afectividad, la ayuda…

MW: Y vemos como en un hospital somos capaces de hablar con un desconocido de nuestro dolor o nuestro temor…incluso sin habérselo contado previamente a una persona cercana o familiar. Quizá por empatía, por estar enfrentándote a algo similar…

Aida Folch: Seguramente porque conocen esa situación y están viviendo lo mismo que tú. Menos mal que existe todo esto…

MW: Vemos en Olivia que tiene dos madres, por así decirlo…

Aida Folch: Dos madres y ninguna…

MW: Exactamente. Me gustaría saber, dentro de lo que puedas contar, cómo va a afectar su pasado y su presente en el resto de su contexto.

Aida Folch: ‘Madre’ es una palabra súper importante. La madre de todo el mundo marca de por vida. Aunque tú quieras que sea algo que no te afecte, te afecta igual. A Olivia igual. Lo que me gusta es que es de una manera con sus pacientes pero luego, con su madre, es de otra. Está muerta de miedo. Busca su aceptación. Lo que buscamos todos. Evidentemente vamos a ver una evolución en esa trama. Pero lo que me gusta muchísimo de esta serie, que me ha pasado y que espero que le pase al público, es que vamos a entender a nuestras madres muchísimo mejor. Espero que la gente se vuelva a encontrar con su madre a partir de la serie. Que se den cuenta de un montón de cosas que, quizá, antes no entendían. Si conseguimos eso sería el máximo triunfo.

MW: ¿Qué has aprendido de esas madres que podremos ver reflejadas dentro de ‘Madres’?

Aida Folch: Me he cuestionado mucho de si quiero o no quiero ser madre, por ejemplo. Qué tipo de madre sería… Al igual que te digo que me ha ayudado a relacionarme mejor con la mía o a pensar diferente. Pero me han entrado muchísimos miedos a través de lo que he visto de cada tipo de madre. Al final ninguna te parece que sea buena madre o que sea mala madre. Porque ni somos ni son perfectas. Y, quizá, la idea de ser madre me da tanto miedo porque quiero ser una buena madre pero creo que tengo que empezar a replantearme que eso no existe.