Vedette, actriz, emprendedora, lesbiana. Luchadora. Así es Amelia Ledesma, una mujer acostumbrada a los tropiezos pero que no deja de levantarse una y otra vez para seguir con la lucha.
Para quien no la conozca todavía, Amelia Ledesma es una de las protagonistas de ‘Amar es para siempre’ y una mitad de ‘#Luimelia’, el nuevo fenómeno de AtresPlayer. Amelia no es solo el personaje interpretado por Carol Rovira que nos presentaron hace año y medio en la sobremesa de Antena 3 y ha viajado al futuro manteniendo su esencia en Atresplayer, sino también lo que significa y representa más allá de la pequeña pantalla por las conversaciones que ha permitido empezar gracias a su historia.
Amelia es hija de un matrimonio muy conservador. Su padre, militar y radicalmente tradicional, es quien lleva la voz cantante en su casa, mientras que su madre queda irremediablemente en un segundo plano de inferioridad y sumisión. Es triste ver hablar a Amelia de ellos, no solo porque su padre la rechace cuando se entera de su sexualidad y de que quiere ser actriz y cantante, sino porque su madre decide quedarse con él en vez de huir con ella.
A pesar de esta ruptura forzosa con su familia, Amelia viaja de Zaragoza a Madrid para seguir luchando por sus sueños y rodearse de gente que la acepte y la quiera tal y como es.
Conocemos a Amelia Ledesma cuando llega a la Plaza de los Frutos en el año 1975. Aunque empieza siendo una de las camareras del Hotel La Estrella, pronto descubrimos que esta jóven es mucho más. Derrochando talento por los cuatro costados debuta en el King’s como vedette… conociendo a Luisita por el camino.
La historia de Amelia es imposible de contar sin hablar de Luisita. Y no porque su sexualidad sea lo más importante de este personaje, sino porque es a partir de su relación con la hija de los Gómez, primero de amistad y luego de mucho más, que la conocemos a ella, a su pasado y a su familia.
Amelia es una mujer que sabe lo que quiere y está dispuesta a pelear todo lo que haga falta para conseguirlo. Segura de sí misma, en cada actuación se desnuda para ofrecerse al público de la manera más pura, convirtiéndose en lo que siempre ha soñado ser.
Y en paralelo, poco a poco se va desnudando también emocionalmente cuando se acerca a Luisita y al resto de los personajes del barrio.
Descubrimos así a una Amelia que, aunque valiente, también tiene inseguridades, que ha tenido una vida difícil por ser una artista lesbiana para la que la sociedad de los 70 quizás no esté preparada aún. Sin embargo, ella defiende una y otra vez sus actuaciones, su libertad para expresarse y ser ella misma encima del escenario sin necesidad de justificarse, y en eso Luisita es una gran aliada.
Luisita hace que vuelva a enamorarse después de varias aventuras con mujeres y un prometido plantado en el altar. Es su apoyo incondicional, en las buenas y en las malas… y malas en ‘Amar en para siempre’ hay muchas.
Después de luchar por hacer entender a los Gómez su relación con Luisita, llega un palo de los gordos. Amelia tiene que pasar por el hospital y su padre aprovecha la ocasión para internarla e intentar “curar su homosexualidad” con electroshock. Cuando los Gómez y compañía consiguen rescatarla de la terapia, Amelia tiene que volver a levantarse y reencontrarse a sí misma para permitirse volver a querer a Luisita y recuperar su pasión por el escenario. Pero no lo hace sola.
Porque Luisita es también una familia. En Marcelino encuentra la figura paterna que siempre le ha faltado, ese amor incondicional que lo puede todo, que acepta lo que le toque. Los Gómez se convierten en su familia.
Aunque Luisita y ella se separan durante un tiempo, sus caminos vuelven a cruzarse, y cuando Amelia vuelve definitivamente a Madrid después de su aventura parisina, lo hace para abrir una librería en la que compartir historias prohibidas. Una vez más no se deja intimidar, y entre amenazas y avisos en clave de sabotaje vemos otra vez a una Amelia convencida que se levanta y lucha.
Y en la versión actualizada del personaje al 2020 que vemos de en ‘#Luimelia’ la esencia de Amelia Ledesma sigue intacta. Aunque con algo de ayuda de una Luisita siempre más pasional, Amelia sigue guerrera, poniendo a la gente que no la respeta en su sitio y entregándose al amor.
Amelia nos ha permitido hablar de visibilización, de representación, de las “terapias de conversión”, de la familia que se elige porque nos acepta, de soñar sobre un escenario con sentimientos y pasión, de la censura, de la igualdad, de querer y dejarse querer. Amelia nos ha permitido hablar de que siempre hay que luchar, por todo, y más por nosotros mismos, porque nadie puede negar lo que somos y lo que sentimos.
Que hermosa materia, has logrado captar el alma, el corazón, y todo lo que mueve a nuestra querida Amelia Ledesma, vivida por la amada Carol Rovira. Tienes razón, Amelia no ha perdido su esencia de luchadora, pues sabe que el futuro con libertad se construye a partir de nuestras incansables luchas cotidianas. Gracias, obrigada, por lo que has escrito tan bien!! Saludos desde Brasil!!!
Realmente hermosa reseña. Gracias a esta admirable actriz como lo es Carol Rovira.
Amelia Ledesma es un gran ejemplo a seguir, mi niña interior quiere de grande ser como Amelia ♡ Gracias por este post.
Saludos desde Venezuela.
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