Aunque diferente, por la situación excepcional en la que nos encontramos, la quinta edición de ‘Masterchef Celebrity’ arrancará este martes 15 de septiembre. Como es de imaginar, se han encontrado con numerosos obstáculos, pero, según se comentó el día de su presentación, podría ser la mejor edición hasta el momento. Todos señalan a los concursantes como principales artífices de este hito. Un grupo, como siempre, diverso, en el que encontramos rostros conocidos como el de Jesús Castro.

Coincidiendo con el estreno del programa, hemos tenido la oportunidad de hablar con el de Vejer de la Frontera. Y en nuestra charla ha demostrado una pasión por la cocina y un enorme compromiso que chocan bastante con las pocas imágenes que hemos podido ver de él en las cocinas. Por ahora, es el protagonista del primer enfrentamiento con Jordi Cruz. Aunque ya en nuestra conversación nos adelantó que se trató más bien de una anécdota, un tira y afloja típico. Más allá de eso, y atendiendo a sus palabras, parece que veremos a un Jesús Castro entregado y competitivo, pero que cuenta con un enorme hándicap que muchos ni siquiera imaginarán.

MEW MAGAZINE (MW): ¿Cómo llegó a ti la posibilidad de participar en ‘Masterchef Celebrity’ y por qué dijiste que sí?

JESÚS CASTRO (JC): Realmente, creo que el nombre de ‘Masterchef’ ya salió el año pasado. Incluso hace dos años. Pero el casting lo estaban haciendo en una fecha concreta en la que yo estaba rodando, y no pude. La cosa se quedó un poco en el aire, y hasta este año no hemos concretado un poco más. Y me animé porque me gusta mucho la cocina. Cocino bastante, desde que era pequeño. Así que, si se junta salir de tu zona de confort, que te gusta la cocina, un sitio en el que hay que trabajar duro… Para mí tenía todos los ingredientes para que me gustara.

MW: ¿Cómo es la preparación real que hay antes del programa? ¿Has pedido ayuda fuera, clases, etc.?

JC: En mi caso, no he hecho nada. No porque no haya querido, sino porque empezamos en pleno COVID-19. Con los restaurantes cerrados y demás. Sí que hice un par de gestiones, pero pronto empezaron a cerrar restaurante y me fue imposible.

MW: Como dices, os ha pillado esta situación tan extraña, habéis rodado casi al final del confinamiento… ¿Qué obstáculos os habéis encontrado?

JC: Ha sido bastante difícil. Ya bastante complicación tiene el programa en sí, a nivel de esfuerzo, de responsabilidad, de presión… Y a eso le hemos añadido la distancia de seguridad, día sí y día no pruebas PCR, cocinar con guantes. Que al final es más fácil cortarte cocinando con guantes que sin ellos. Ha habido ahí ese pequeño hándicap que ha condicionado un poco todo, y lo ha hecho un pelín más difícil de lo que ya era.

MW: ¿Cuáles crees que son tus puntos fuertes y tus puntos débiles como concursante?

JC: Mi punto fuerte es que me dejo el alma en cualquier trabajo que haga. En cualquier prueba voy a eso, a dejarme el alma, a trabajar duro y a aprender. Y lo malo es que quizá mi carácter no está hecho para según qué tipo de programas.  

MW: ¿Y el mayor reto al que te has enfrentado en el programa?

JC: A mí mismo. El mayor reto ha sido enfrentarme a mí mismo en un territorio que, para mí, era un poco hostil. Hostil por el hecho de que nunca había pisado sobre ese terreno. Y yo soy desconfiado por naturaleza. Entonces, no me fiaba un pelo de nada. El adaptarte al medio que te rodea es importante, y es una cosa que creo que todos deberíamos hacer.

MW: ¿Qué es lo que más miedo te da de la cocina? ¿Y aquello en lo que vas más seguro?

JC: Lo que sabía que no iba a ser lo mío era la repostería, porque soy muy alérgico al huevo. No puedo ni tocarlo. Si estoy batiendo un huevo o estoy montando una salsa que lleve huevo y me salta a la cara, a la boca o a un ojo estoy fastidiado. Me tengo que poner oxígeno, adrenalina, suero… Entonces, me da bastante reparo el tema de repostería. Es algo que no he hecho nunca en mi vida, porque no me interesa lo más mínimo ponerme malo. Y lo que me gusta, o lo que creo que mejor me sale, es el tema de los arroces. También porque es lo que más me gusta.

MW: ¿Y cómo habéis gestionado el tema de tu alergia? Porque es un tema muy serio.

JC: Es cierto que la productora ha estado, dentro de lo que ha podido, bastante pendiente. Sobre todo a la hora de ingerir alimentos, cuidando en todo momento que no lo ingiriera. Pero sí es verdad que había pruebas donde no podía evitarlo, y no podía decir “oye, que soy alérgico”. Una vez metido en las pruebas, ya iba a saco. Porque las ganas, y la adrenalina, y la presión por sacar el cocinado adelante empujaban. Luego, en cuanto salía de ahí, decía “pero tío, ¿eres tonto o qué?” Porque realmente no es una alergia de que me pique la espalda. Es una alergia de que tengo que ir al hospital en menos de un cuarto de hora.

MW: Un plato estrella, que nunca te falle.

JC: No me ha fallado nunca. Las almejas a la casa o a la marinera. Al vino blanco. No es el estrella, pero es uno que me sale bastante bueno. Incluso cuando estoy en Vejer con mi madre, prefiere que lo haga yo a hacerlo ella. Y eso para mí es un verdadero lujo. Porque a mí me pone más nervioso cocinar para mi madre que para Jordi.

MW: Hombre, es que son más exigentes muchas veces. Y, además, a nivel personal, nos importan más.

JC: Y las madres… La mía huele la comida y sabe si tiene sal. O sea… Si tú sabes cómo hace esa mujer, ya me lo dirás.

MW: Yo creo que eso es algo de las madres. Que hasta que no lo eres, no desarrollas ciertas capacidades…

JC: Claro, que puedes tener 27 estrellas Michelín que ni de coña. Hay un punto innato de ellas. Y de ahí viene la frase que estamos viendo tanto del pequeño rifirrafe con Jordi. Porque yo le dije que no tenía miedo a los jueces. Y él intentó ver hasta dónde llegaba, a ver si yo enseñaba el colmillo, enseñándomelo un poco a mí. Los dos vimos que teníamos colmillo y lo guardamos.

MW: Bueno, ya sabemos cómo es Jordi. Que también le gusta pinchar un poco.

JC: Por eso, por eso. Y yo que no estoy hecho para… Pues se junta todo.

MW: ¿Por qué crees que el formato ‘Masterchef’ sigue funcionando tantas ediciones después?

JC: Porque ‘Masterchef’ saca todo de la persona. Depende de quienes también, de lo que dure cada uno… Pero me parece que es una experiencia brutal que saca lo mejor, lo peor y lo de en medio. Saca todo a nivel de persona. También te mides un poco ante la presión, la adversidad… El tiempo corre, una técnica de cocinado que quizá no controlas… Se unen muchas cosas y tienes que saber gestionarlas. Yo creo que al espectador, primero, le gusta la cocina. Y luego el proceso por el que pasamos todos los concursantes, de las diferentes ediciones, el ver a gente que no sabe hacer ni un huevo termina haciendo una esferificación de mango. Supongo que ese salto, esa evolución, es algo atractivo de ver.

MW: Si pudieras escoger a un celebrity que ya haya pasado por el programa como pinche o, mejor dicho, como mentor… ¿A quién escogerías?

JC: Yo cogería a Juan José Ballesta para todo. De pinche, de camarero, de actor… Si es para recoger remolachas, Juan José también. Yo ya le conocía, porque teníamos amigos en común, pero no personalmente. Y cuando nos conocimos, automáticamente para mí era mi ganador. Hay que verlo, pero ya te digo cuál es mi ganador.

MW: ¡Muchísimas gracias, Jesús! ¡Y mucha suerte en el concurso!

JC: ¡Gracias a ti!