Nuestra recomendación del día es MacGyver. La última versión. La del 2016. La que lleva cuatro años mostrándonos otra forma de contar y de mostrar. Con un reparto que da todo lo que necesita la historia.

De 1985 a 1992 conocimos a otro MacGyver. Una de esas series divertidas y cargadas de acción con el único cometido de entretenerte. Y vaya que sí lo hacía. Así que cuando en 2016 dijeron, comentaron y lanzaron a un nuevo MacGyver, nuestros pensamientos, se trasladaron a ese primer protagonista. A su historia. A su buen hacer. Y, con miedo a equivocarnos, nos adentramos en el personaje protagonizado por Lucas Till. Angus MacGyver. Uno nuevo. Con su historia personal y profesional entremezclada. Con nuevos amigos. Y todo un misterio por resolver.

Y para qué negarlo…nos enganchamos. A su forma de narrar. E, incluso, a ese arte tan especial para presentar a sus personajes. Y para colocarlos. Para hacernos entender que todos son la parte del todo. Y que ninguna pieza está de más. Ningún personaje sobra. Y eso se nota cuando, en algún que otro capítulo, alguno de ellos no está presente. Deja un vacío. Como si la misión no pudiese cuajar igual, si no están todos. Sensación que no siempre se da. Hay muchas producciones que no son capaces de enganchar con todo el reparto. Y siempre hay alguna historia que nos sobra.

Angus, Riley, Jack, Wilt y Matilda son indispensables.

Acción, la justa

Si te hablamos de MacGyver, lo primero que vas a pensar es en la acción. En golpes, balas y cientos de minutos corriendo detrás del malo o delante de él. Pero, no es tan fácil. En este caso, toda la acción que nos presentan tiene sentido. No hay ni una escena, de esta índole, que sobre. Porque la historia no se dedica a exponer más de lo necesario. Si viene una bala, viene con sentido. Si vemos volar un puñetazo, también. Por lo tanto, se consigue ver con muchas ganas y sin dejar de prestar atención.

No divagues un segundo, porque te pierdes

No bajes la vista. Ni se te ocurra ir a por una cerveza a la nevera sin parar el capítulo. Porque si no lo haces, habrás perdido algún detalle relevante para intentar resolver el llamado ‘gran caso’. Ese para el cual te van dando pistas lentamente. Para que vayas hilando y sacando tus propias conclusiones.