‘Campamento Albanta’ es imprevisible. Una de esas series donde crees que tienes todo controlado. Que, más o menos, sabes lo que va a ocurrir. Pero, de pronto, capítulo a capítulo, todo lo que tenías en tu mente, es, absolutamente, aplastado. Y te tropiezas con tus mayores demonios. Por eso es nuestra recomendación del dia.
Estamos ante una serie que habla de los errores y de la culpabilidad. De esas frases que soltamos sin pensar y con las que herimos a niveles infinitos. Cuando de pronto somos conscientes del daño causado y ya no hay vuelta atrás. De ese camino tortuoso donde la culpa yaY poco es suele hablar de ello. De ese viaje que, a ratos, solo es de ida y nunca de vuelta. Todo ello con personajes diferentes, profundos, con esa justa importancia que todos merecen. no te deja dormir.
En ‘Campamento Albanta’ hablan de nosotros como hijos. Como amigos, pareja y hermanos. De lo que nos cuesta vivir usando la empatía como herramienta fundamental. Y de lo poco conscientes que somos de nuestros propios pasos. De la lucha interna que todos tenemos. Y de la soledad. De mucha soledad.
Con un desarrollo que te derrota emocionalmente, vemos a cada uno de sus protagonistas tomando consciencia de quiénes eran. Y de lo incapaces que fueron en aquel momento para entender tantas cosas y tan necesarias… Porque hay instantes en los que nuestra necesidad debe quedarse aparcada. Aunque tu egoísmo sienta que no toca.
Javier Ruesga nos ofrece un personaje para siempre
Audrey comienza como ese pequeño demonio que siempre tenemos en nuestro interior. Colocando tentaciones a nuestro alcance. Porque Audrey siente que lo ha perdido todo y quiere que tú sientas lo mismo. Quiere descender contigo a los infiernos. Por si allí, el dolor, se apacigua.
Javier Ruesga le da todo a ese Audrey que tiene tantos miedos y tanto dolor que es complicado concebir que, de primeras, nadie sea consciente. Aunque lo que mas impacta es el excelente trabajo realizado por Javier. Sin lugar a dudas, es el personaje a destacar. El que te descoloca. El que te hiere. Y encima te cura.
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