¿Qué pasa en ‘Outlander’ – 1×04: la reunión?
Claire (Caitriona Balfe) ha visto su oportunidad de escapar del Castillo Leoch. Será durante la reunión de los hombres del clan MacKenzie cuando, aprovechando las celebraciones y las distracciones, recorrerá un camino previamente marcado. Ese es su plan. Claro que los planes no siempre salen como queremos, así que en ese camino se interpone todo el mundo: Geillis Duncan (Lotte Verbeek), a su manera, Dougal MacKenzie (Graham McTavish), de una manera que no esperamos, y también Jamie (Sam Heughan). Así que Claire no puede marcharse, más bien al contrario: sigue haciendo crecer su poder y su influencia en el Castillo. La última noticia que tenemos, de hecho, es que Dougal no solo no permite que se marche: quiere llevársela con él de viaje.
Dirigido por Brian Kelly. Escrito por Matthew B. Roberts.
Creo que uno no ha visto ‘Outlander’ de verdad hasta que no la ve una segunda vez. Son muchos los detalles que importan y que están escondidos en cada capítulo, sin sobresalir, sin hacer ruido, solo para que la unión de todos ellos permita construir de manera certera y compacta la historia final. Ya estamos en esa historia final, porque en cierto modo ‘Outlander’ es historia y nada más, pero todavía no tenemos a todos los jugadores rodeando la mesa de la partida, ni un espectador novato puede siquiera sospechar todos los conflictos por los que vamos a mordernos las uñas. ‘Outlander’ sigue siendo, en este cuarto episodio, una larga presentación, una presentación eterna y preciosa y emocionante. Vamos con ello.
La reunión (preciosa)
Lo primero que vemos de este episodio es a Claire (Caitriona Balfe) jugando con los niños del castillo. Por un momento no recuerdo qué está haciendo exactamente, así que simplemente pienso que es el tipo de cosa que haría la dicharachera, vivaz y divertida Claire. Hacerse un hueco entre ellos para dejar de ser una forastera, para dejar de levantar sospechar y, además, disfrutar del proceso. Divertirse. La vemos hacerlo de verdad más adelante, y también en este caso, aunque sus juegos tienen un porqué más concreto.
La sigo mirando y me digo: un momento, que estamos hablando de Claire, la inteligente, astuta y previsora Claire, y entonces recuerdo. Lo que hace Claire, además de desesperar a sus nombras, es inspeccionar los alrededores del Castillo Leoch, sus bosques y sus puestos de vigilancia. Porque Claire ha comprendido que tiene ante ella una oportunidad perfecta para escapar: va a celebrarse la reunión de los hombres del clan MacKenzie, y entonces nadie querrá prestar atención a una forastera.
Sobre esa reunión. Los hombres del clan MacKenzie deben reunirse para renovar su juramente a Colum MacKenzie (Gary Lewis), el jefe del clan. Es una ceremonia solemne, donde no faltan las gaitas ni los trajes grandilocuentes. A la manera escocesa, desde luego, pues tenían sus propios modelos de vestimenta. Están todos guapísimos y elegantísimos, y yo contengo la respiración mientras Colum pronuncia un discurso en gaélico que los aviva a todos. Murtagh (Duncan Lacroix), que sigue ganando espacio en pantalla, dejándonos pistas del papel que va a jugar en un futuro, le traduce a Claire el discurso. Colum habla de orgullo, de lealtad, de pertenencia. Está orgulloso de tenerlos, les dice a sus hombres, que lo corean mientras suenan las gaitas. Todo es precioso a la manera escocesa.
También vemos el juramento en sí. El ritual casi sagrado que tiene que llevar a cabo cada hombre de ese clan. Es personal, y de duración considerada. No se trata de un beso en la mano a Colum. Se pronuncian unas palabras, se jura (y las promesas, en Escocia, tienen mucha importancia, nos dicen antes), se bebe con el jefe del clan, para sellar así ese pacto de obediencia, pero también de protección mutua y de amistad. Porque antes y después de ese juramento, esos hombres son amigos (a la manera escocesa del siglo XVIII, porque, en fin, gestos de cariño no hay muchos). Aprendemos algo más de esta cultura antigua que sigue fascinando al mundo, y disfrutamos verdaderamente de las imágenes que nos regalan.
Horas antes de esa reunión, cuando Claire cree tener su plan controlado, se pasea por el campamento levantado para acoger a los viajeros pensando que hay en ese lugar una alegría genuina. Una alegría que tiene que ver con una comunidad unida, que se conoce y se aprecia. Y Claire quiere marcharse, quiere volver a su mundo, pero reconoce, creo que por primera vez, que en cierto modo le apena dejar todo eso. Porque en ese campamento, en ese castillo, hay una verdadera familia de decenas de miembros.
La familia (y sus complicaciones)
Y como en todas las familias, hay rencillas. En este episodio de ‘Outlander’ sabemos un poco más de lo que sucede con Jamie (Sam Heughan), aunque todavía no tenemos todos los detalles necesarios para entender la historia completa.
Nuestro buen Jamie, durante esa reunión del clan, se mantiene oculto en los establos, hasta que lo conducen, obligado, al castillo. Debe prestar juramento. Pero Jamie no puede prestar juramento, porque ya pertenece a otro clan. El lema de su clan, por cierto, es “estoy preparado”. Claire se pregunta para qué está preparado, y el espectador también puede preguntárselo, y en los momentos de mayor orgullo el rostro de Jamie nos dice que lo está, pero cuando finalmente se coloca ante Colum entendemos que algo está yendo muy mal. Ahí está Murtagh para explicarnos todo otra vez.
Jamie es familia directa del jefe del clan, Colum. Es su sobrino. Si lo presta lealtad, y se convierte en un miembro del clan de pleno derecho, entonces pasa a estar en la línea de sucesión. Antes incluso de que Murtagh lo diga, ya podemos imaginarlo: esto lo enfrentaría a Dougal, que pretende heredar su posición cuando su hermano fallezca. Si Jamie se decide por esto, los hombres del clan podrían considerarle un sucesor lo suficientemente valioso como para apostar por él antes que por Dougal, y esto Dougal no lo va a permitir. Si Jamie presta juramento, está muerto.
Pero también estará muerto si no lo hace, porque las leyes son muy estrictas a este respecto. Estás allí, vives en ese castillo, vives en las tierras del clan MacKenzie, debes prestar juramento. De lo contrario, y más en una reunión del mismo clan, tendrás a todos los hombres en tu contra. Así que Claire contiene el aliento, todos contenemos el aliento y Jamie se levanta sin prestar juramento. Y yo creo que la primera vez pensé: qué cabezón es este chico. Ahora solo pienso: qué sonrisa tan traviesa tiene siempre está preparando una trastada.
Porque la trastada de Jamie le hace salir bien parado, y además afianzar su posición como un hombre de confianza, de lealtad firme, de orgullo y de gran corazón. Jamie no jura lealtad a su tío porque, dice, ya pertenece a otro clan, pero sí jura, como un familiar cercano, estar a su servicio tanto tiempo como viva en sus tierras. Así que Colum sonríe, le da de beber y todo el mundo aplaude. Yo aplaudo también, claro.
Detengámonos un momento a pensar en la figura de Jamie. Todavía no sabemos demasiado de su historia familiar, pero ya sí sabemos que vive lejos de su clan. Su tío Colum parece quererlo, pero su tío Dougal, si lo quiere, lo sigue viendo como un rival. Lo persiguen los ingleses, que han puesto un precio a su cabeza. No puede, ni siquiera, llevar su nombre con orgullo. Se encuentra en una posición en la que cualquier paso poco meditado puede llevarlo a la muerte.
La huida de Claire (sale mal)
Claire es muy inteligente internándose días antes en el bosque, dejando marcas en los lugares que puede seguir para escapar, y también recogiendo comida que va guardando en su mazmorra / botica para marcharse bien provista hacia Craigh na Dun. Pero pasan varias cosas. Que, en realidad, por mucho tiempo que haya transcurrido, todavía no conoce el lugar, su historia y sus costumbres. Tampoco a sus habitantes, ni siquiera a Jamie, por eso no espera encontrarlo donde lo encuentra. Así que sale mal.
Su primera piedra en el camino, aunque solo sea en forma de molestia, es Geillis Duncan (Lotte Verbeek). La relación entre ellas sigue desarrollándose entre dualidades. Hay amabilidad entre ellas, pero también hay desconfianza; hay interés genuino, pero también hay una sospecha que crece. Geillis presiona a Claire para que le confíe sus secretos. ¿Estás embarazada, Claire? ¿Dónde está tu marido, Claire? ¿Qué significa que “no está vivo”, Claire? ¿Por qué no dices “está muerto”, Claire? ¿Qué escondes, Claire? Todo eso lo escuchamos en Geillis, incluso cuando no habla. Geillis está interesada en Claire, pero no solo porque vea en ella una compañera en su rutina aburrida: también porque sabe que esconde algo, y quiere saberlo. Así que indaga entre sus pertenencias, y ve todo lo que Claire está preparando para marcharse, aunque no conozca el motiva. Primera piedra. Molesta y nada más.
La segunda piedra es más dura. Es Dougal. Ya en su huida, Claire se topa en los pasadizos del castillo con unos hombres borrachos que se propasan con ella. Aparece Dougal al rescate, les brama en gaélico palabras nada agradables y los hombres se marchan. Problema: que Dougal también está muy borracho, que es evidente que encuentra atractiva a Claire y que también él intenta propasarse. Trata de besarla, y Claire lo abofetea. Dougal se detiene de inmediato, aunque evidentemente contraído dentro de su confusión (y de su borrachera). Y en un gesto inocente, descubre la bolsa tirada en el suelo con esas provisiones que Claire había tomado para el camino. Así que a nuestra protagonista no le queda más remedio que partirle una silla en la cabeza, dejarlo inconsciente y salir corriendo. A mí esta escena siempre me ha dejado, precisamente, de piedra.
Tercera piedra. Pero esta piedra tiene flores en la superficie. Cuando Claire llega a los establos, se tropieza con una forma que yace en el suelo. Es Jamie, durmiendo, huyendo del compromiso anteriormente comentado. Jamie en seguida comprende las intenciones de Claire, porque empieza a conocerla y porque también ella se lo pone fácil. De hecho, se confiesa bastante con él, y parece que a él le duele que quiera escapar, pero aun así no se deja llevar por ello.
Opta por lo práctico, que es decirle algo así como: Claire, has perdido la cabeza, no tienes ni idea de la cantidad de guardias que hay ahí fuera, eres una inglesa en una tierra que odia a los ingleses, no conoces el camino a donde sea que quieres llegar, por favor, no hagas el tonto. Así que Claire acepta que su plan, aunque bienintencionado, era un poco desastre desde el principio. Y acepta regresar con Jamie al castillo, razón por la cual le obligan a éste a entrar y prestar juramento. Todo se retroalimenta.
Mi escena favorita
Una de mis escenas favoritas de la historia de ‘Outlander’. Cuando Claire ya ha aceptado que su huida no va a ser posible, decide seguir con la rutina establecida hasta el momento. Así que a la mañana siguiente se marcha de cacería con los hombres del clan, por si alguno necesitara la ayudara de una curandera. Hasta entonces: imágenes preciosas de un bosque escocés precioso, el sol colándose entre los árboles, reflejándose en todas partes, los colores del otoño brillando. Solo imágenes y sonidos. Solo historia. Maravilla.
Unos minutos más tarde, uno de los hombres del clan cae gravemente herido tras ser atacado por un jabalí. Cuando Claire corre en su ayuda, lo encuentra en brazos de Dougal, que trata de consolarlo, de llenarlo de ánimo, de estar a su lado. Lo abraza, lo agarra de las manos, le consuela con las palabras exactas, con las que sabe que su amigo necesita. Para que luego ande yo diciendo que estos escoceses del siglo XVIII solo se demostraban el cariño a golpes.
Esta escena es una preciosidad, y nos habla de Dougal, de su corazón, de su respeto y su lealtad para con su familia, que es su clan. Dougal tiene sus cosas, qué os voy a contar, pero la manera en la que se aferra a este buen hombre que está muriendo, cómo llora sin importar que los demás vean sus lágrimas, cómo busca y agradece la ayuda de Claire para consolarlo… En fin, una de mis escenas favoritas de la historia de ‘Outlander’. El hombre fallece pero, como dice Claire, Dougal le proporciona un buen viaje: se marcha bajo esos colores del otoño, agarrando la mano de un buen amigo y pensando en su hogar.
Continuará…
El viaje que le ofrece poco después a Claire no le gusta tanto. Dougal, después de ver su valía, y también para tenerla controlada, quiere llevársela consigo a recorrer las tierras del clan. Y como Claire no tiene en esta familia ni voz ni voto, no de momento, no le queda más remedio que agachar la cabeza y levantarse al día siguiente con la primera luz del sol. Empieza el viaje. Lo veremos en el próximo capítulo de ‘Outlander’.
1×01 – Outlander
1×02 – Outlander
1×03 – Outlander
1×04 – Outlander
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