‘Pijama Sessions’ es una de esas propuestas divertidas, únicas y disparatadas que nacen de la creatividad de estos días. Una forma de hablar y jugar con música pero saliendo de la norma. Veintiuno lo ha hecho. Y encima son capaces de convencer a quien sea para que se una a su propia locura. Algo que el público, en días de encierro, agradece totalmente. Porque la música nos salva. Siempre lo hace.

Hemos podido hablar con Yago, vocalista y bajista de la banda y hemos charlado sobre todo lo que está ocurriendo a nuestro alrededor. Y de lo que supone, a corto plazo, la incertidumbre de no saber cuándo volveremos a disfrutar de la música en directo.

La incertidumbre es lo peor porque te hace estar congelado todo el rato.

MEW Magazine (MW): ¿Qué tal estos días?

Yago: La verdad es que un poco desquiciado ya, soy una persona que no para por casa mucho, y valoro mucho estar en casa por poder coger ese libro que siempre quieres leer y nunca puedes, hacerte miembro de Disney Plus… Se me ha hecho corto en realidad porque llevamos quieras que no un mes aquí encerrados y se me ha pasado volado

MW: Como artista, como músico, como cantante, como se vive una situación así?

Yago: Pues al final mal, porque nosotros “vivimos” de los conciertos. Nosotros sacamos un disco hace un año, hemos girado, estábamos super contentos, pensábamos empalmar una gira con otra, teníamos muchos conciertos (este año era el que más festivales teníamos) y obviamente pues tienes dos lados que te dan mucho bajón. El primero el anímico, porque a nosotros nos gusta tocar, ir a festivales, juntarnos, salir, ir a conciertos, juntarnos con nuestro equipo… Al final somos como una familia.

Y el segundo bajón es económico, esto es una empresa, tenemos nuestros gastos e ingresos y en nuestra “familia” si no hay conciertos no pagas un técnico de sonido. A mi eso, sobre todo, es lo que me da más tristeza. No poder hacer eventos. La salud es lo primero pero eso no quita estar preocupado económicamente y triste por no poder ver a mis compañeros.

Siempre me quejaba de que veía a mis amigos de Ventiuno más que a mi madre pero al final es eso… Ensayamos, vamos a conciertos… En la banda empezamos siendo compañeros, luego compañeros y amigos y ahora somos amigos y estamos todo el día juntos. Eso si que lo echo de menos.

…nos hemos inventado unas versiones graciosas de canciones en las que salimos haciendo el tonto.

MW: Como banda, ¿el futuro como se ve? ¿Mas incertidumbre que miedo?

Yago: Tardará más o tardará menos pero volveremos a festivales. Volveremos a tocar, se volverán a hacer conciertos, es totalmente lógico. Pero claro, no hay una fecha y esa es la incertidumbre con la que trabajas. Si llegan y nos dicen que a partir de una fecha se puede aunque sea con un aforo determinado pues ya te puedes ir moviendo. Aunque sea dentro de un rango. Nosotros hemos postpuesto muchos de nuestros conciertos a otoño/invierno porque no nos parecía prudente llevarlos a mayo.

También habrá que ver cómo maneja cada región sus aforos, etc. La incertidumbre es lo peor porque te hace estar congelado todo el rato. Porque si te dan el pistoletazo de salida y tal día se puede hacer algo pues te pones ya a trabajar con un plan real, pero por ahora no.

Estamos intentando hacer reír a la gente. Porque dentro de nuestra posición privilegiada, de tener una banda que funciona, pues nos ponemos en la piel de un enfermero, de alguien que esté en un supermercado, que tiene que volver a casa y estar con la paranoia de si está infectando a su familia y lo valoramos un montón.

Nosotros en este confinamiento nos hemos inventado unas versiones graciosas de canciones en las que salimos haciendo el tonto. Engañamos a alguien como a Alex Ubago en la última para que haga el tonto con nosotros. Y después es un proceso de creación, producción y grabación que nos lo pasamos bien y se puede hacer desde casa online, y más siendo nuestro guitarrista productor. Él se ha encargado de hacerlo, y tenemos la suerte de que tenemos un equipo muy bueno para seguir haciendo cosas. Dentro de que te desquicie estar entre cuatro paredes que haya hitazos, siempre esa filosofía.

MW: En momentos como este lo fundamental es dar paso a la creatividad, no?

Yago: Si, y además tienes tiempo para la inspiración. Lo que más te puede inspirar, después de estar de gira, es tener este momento de obligarte a sentarte. Pero también depende de tu punto de inspiración.

A mi lo que más me inspira son películas, escuchar música. Mi proceso de creación es muy estático. Pero para Diego (cantante y letrista) que él habla mucho de las cosas que le pasan, entonces sí que necesita más calle, más vivir.

Es un buen momento para crear pero estás un poco congelado, porque no puedes ir al estudio, no puedes grabar videoclips, pero te estás preparando bien. También tiene una parte mala, porque también hay un exceso de streaming y de soltar mucha cultura y mucha creación como comida rápida… a lo mejor hay que darle un par de vueltas y no subir por subir.

…existe mucha oferta que no entra en la demanda.

MW: El otro día le hicimos una entrevista a Jorge Marazu y el miedo que él tenía es que el exceso y la sobreexposición de la música llegara a un punto a que la estuviera devaluando de cara al público…

Yago: Sin el confinamiento ya hay muchos grupos de cuatro amigos que se graban y lo suben a Instagram y ya dicen tener una banda, no es muy complicado. Sin el virus ya existe mucha oferta que no entra en la demanda, y ahora con el virus se ha comentado un montón. Dos DJs que se unen y ya se hacen otro Instagram. Festivales online que brotan de ningún lugar. Eso ya existía y ahora se ha agravado, y no es cuestión de buscar una solución, porque no creo que nadie lo haga a mal. Todo el mundo lo intenta hacer con la buena fe para entretener de la misma manera que nosotros utilizamos lo que tenemos para hacer reír a la gente.

Había un artículo de ‘El País’ hablando de que el sacar tanta música como comida rápida como ahora puede llegar a devaluar su valor. Pero es una cosa normal, estas en casa y has perdido tu curro y tienes una guitarra…. La música es el punto de salvación de mucha gente.

MW: Antes de todo este parón lanzasteis “Haters” y luego “Parasiempre” con una reacción y respuesta maravillosa, ¿cómo se vive ese feedback?

Yago: Pues sobre todo digital, porque lanzamos la canción “Parasiempre” y no la hemos tocado todavía en directo nunca, solo en la presentación que hicimos en Warner. La íbamos a tocar en Oviedo y Santander, que teníamos ese fin de semana justo después de la presentación. Y lo vivimos en digital, mucha gente compartiendo, una gran aceptación.

Sobre ‘Parasiempre’, es reconfortante el hecho de sacar una canción con la que has currado mucho. Uniendo la voz de Ainoa que dejó la canción redonda. A todo el mundo le ha gustado mucho y decidimos sacarla como segundo single.

MW: ¿Qué tiene que tener un tema o que os tiene que hacer sentir para que si o sí tenga que ser el single?

Yago: Normalmente se decide cuando estamos grabando. Pasan cosas muy curiosas como que algún miembro de la banda no vea el single claro o que sea una canción que le gusta pero que no le llama tanto la atención porque esta con su cabeza en otra canción. A mi eso me pasó con “Ir contigo” y “Cabeza Abajo”. Me parecía un tema muy guay para abrir un disco pero cuando lo estuvimos grabando se desvió a “Cabeza abajo”.

Tiene que tener una letra que hable de algo, que te diga algo, que te conmueva de alguna manera. Y, después, que todos los instrumentos con la melodía de la voz hagan una sinergia difícil de explicar. Entonces lo estas escuchando en crudo o en el local o en estudio y te produce algo.

En “Haters” hubo mucha maquetación y hasta que no lo vimos claro en el estudio en Barcelona no teníamos claro que iba a ser el primer single. Así que, en esta banda, los singles surgen en Barcelona en el estudio.

…en directo puedes jugar a desnudar más la canción…

MW: Cuando estáis dentro de la producción de los temas, ¿tenéis la visión puesta en el directo o es algo que viene después?

Yago: Ambas cosas. Lo pensamos a la vez pero priorizamos el estudio y después, el directo, lo vamos viendo en el local. Una canción que puede ser muy guitarrera a lo mejor queda bien con un piano, en acústico, en directo. Al final como lo que grabas, lo subes a Spotify y ahí se queda, tiene que quedar lo mejor posible. Pero en directo puedes jugar a desnudar más la canción o meterle más cosas.

“Cabeza abajo” se planteó como una intro para los conciertos y al final no lo fue porque resultó ser todo lo contrario, para terminar. A mi es una de las cosas que me parece más divertidas, ir cambiando el repertorio en directo y tener un par de repertorios para no hacer siempre el mismo concierto.

MW: Cuanto más crecéis como banda, ¿habéis notado que sentís también una mayor responsabilidad, no solo hacia el publico general, sino hacia el que os ha seguido desde el inicio?

Yago: Si y no. Primero hacemos lo que nos gusta y lo que creemos que está bien. Siempre tienes que tener la mentalidad de a quién va dirigida una canción… Nosotros al final nos movemos entre un mundo de nadie que es ese indie pop que al final miramos tanto lo indie que nos gusta como a lo super pop. En nuestra furgoneta podemos ir escuchando Supersubmarina pero también lo ultimo de Dualipa, nos gusta la mezcla. Nos gusta todo lo nuevo que podemos incluir y que concuerde con lo que ya venimos haciendo.

MW: Con que palabra jamás terminarías una canción?

Nunca rimaría “loco con poco”, es lo único a lo que me niego, que lo veo mucho en reggaetón. Es una de las rimas que más me rompe ya. Me puede estar gustando mucho el beat o la música que esa rima me mata.

MW: A que recuerdo de adolescencia le debes una canción?

Yago: No le debo una canción pero si atención al pasado grunge y heavy en el que empecé a tocar y le debo una canción guitarrera machacona.

MW: La vida sin música sería…

Yago: Estar confinados sin poder ir a conciertos. Si no hay música no hay conciertos, no hay negocio, quitar uno de los siete artes y que tanta importancia tiene, pues no tiene mucho sentido, la verdad. Sin música ni trabajaría. Que siga la música y que vuelvan los conciertos y que llenen las salas, sobre todo las pequeñas, que son las que más preocupan y sobre todo fuera de Madrid.

La vida sin música sería vida sin ocio, vida sin salas, sin ese concierto del grupo que descubriste y te compraste un disco… La vida sin cine tampoco se podría, porque quedas con tus amigos para ir al cine igual que quedas para ir a un concierto, y al final son los recuerdos que más te quedan, los de tu ocio. Una fiesta, una banda, un garito al que sueles de música en directo ir, al final son las cosas que me dan la vida y al final tu entorno también. Tú pones una canción y tus padres o tus abuelos te dicen “yo conocí a tu abuelo en el guateque en el que tocaba esta orquesta”. La música forma parte de tus recuerdos porque te la comes hasta en el supermercado.