‘La templanza’, la adaptación de la novela homónima de María Dueñas se estrena en Amazon Prime Vídeo el 26 de marzo. La ficción está protagonizada por Leonor Watling y Rafael Novoa como Soledad y Mauro Larrea. Poco a poco iremos conociendo el pasado y el presente de ambos hasta que el destino decida unirles en una bonita historia. Hemos hablado con ellos sobre sus personajes y su gran trabajo en ‘La templanza’.
Leonor Watling tiene muchas ganas de poder ver ‘La templanza’ en una buena pantalla como se merece esta serie. Pero, por lo que ha visto es una serie “muy bonita por la fotografía, el vestuario, es todo tan rico y tan denso que tengo muchas ganas de verla bien. Es mejor de lo que esperas. Cuando uno va al rodaje nunca sabe cómo va a quedar y es maravilloso, me parece que han hecho un trabajazo.
Por su parte, Rafael Novoa ha visto pequeños fragmentos como el teaser o el tráiler y le parece que funciona todo muy bien. “Superó mis expectativas, estaban demasiado altas, con eso te estoy diciendo todo; el resultado que esperaba me pareció genial. Hay un producto fantástico muy bien hecho, producido, dirigido, actuado, el arte es maravilloso. Creo que tiene todos los ingredientes esenciales para hacer un buen maratón como hace mucha gente con las series. Son 10 capítulos que pueden ser exquisitamente consumidos”.
Para Leonor Watling lo mejor de su personaje Soledad es la tenacidad, el tesón que tiene. “Tiene algo muy fuerte, que me parece que da igual lo que le pase que ella lo encaja”. Por el contrario, “ella no es ambiciosa en un sentido desviado ni enredona ni nada así. Pero para sus creencias, lo que es importante para ella, las cosas que ella cree que son fundamentales, no te metas en medio. Todo lo que es de digna como te metas con sus hijas o su tierra o con los pilares de lo que ella cree, no tiene ningún problema en engañar, manipular”.
Rafael Novoa coincide en que lo mejor de Mauro Larrea también es su tenacidad. “Me quiebro, me arruino, me costó trabajo llegar hasta aquí y lo he perdido todo, pero la tenacidad de seguir adelante. Podía perfectamente quedarse de brazos cruzados y llorando sobre la leche derramada pero no sucede así”.
En su caso, lo peor del personaje serían los pequeños momentos de flaqueza, aunque Rafael no los describiría como debilidad sino poca fe en determinados momentos. “Pero el encanto es precisamente que eso lo hace más humano. Me gustan los personajes así que reflejan esa realidad de lo que somos, personajes perfectos no existen. Me gusta la imperfección del personaje. Lo peor es el escepticismo que puede tener el personaje en ciertos momentos que te dan ganas de empujar al personaje para que salga adelante”.
‘La templanza’ nos traslada al S. XIX en varios países. Para Rafael Novoa esta es una época “muy importante para lo que es la humanidad o sociedad mundial. Esos cambios y revoluciones industriales, independencias, guerras civiles”. Si él pudiera viajar en el tiempo se iría más para atrás “para no depender de tantas cosas y cambiar otras que nos están afectando como seres humanos. Viajar en el tiempo sería una posibilidad muy grata”.
Leonor Watling tiene claro que lo que podía sacar del S. XIX ella ya lo ha sacado con ‘La templanza’. “Ir a un baile, ponerse esos vestidos… porque el resto de ser mujer yo sin anestesia, sin voto y sin epidural paso”, comentaba divertida la actriz.
‘La templanza’ es lujosa en detalles y texturas
Leonor Watling
Respecto al trabajo de construcción del personaje, Leonor Watling explica que a María Dueñas la conoció a la mitad del rodaje. No hizo falta hablar con ella ya que la autora participó mucho en el guion y todo estaba ahí. “Leí la novela y además en este tipo de producciones tienes la ventaja como actor de que todas las cosas que tienes que llevar te ayudan mucho a ser lo que tienes que ser. Toda la ropa, peluquería, hay algo ya físico que te ayuda mucho y que te llevan a hombros. Seguir el guion y hacer caso a los directores y mirar y escuchar a los compañeros que han sido maravillosos. Ha sido un festival trabajar con compañeros como Juana Acosta, Rafael Novoa, los que venían solo un día, maravilloso”.
“A la hora de crear estos personajes uno inicialmente empieza a darle sus matices, colores e intenciones. Cuanta más información tengas, mejor puedes estructurar un personaje. En el libro de ‘La templanza’ de María Dueñas funciona perfectamente la descripción de los personajes. En mi caso, desde un comienzo cuando empiezas a leer el personaje de Mauro Larrea, lo entiendes. Cuando empiezas a colocarte cualquier prenda empiezas a sentir y asimilar otra realidad y a entender muchas cosas de los personajes. Hay toda una cantidad de ingredientes: directores, actores, que se van enriqueciendo y se va formando una bolita que va creciendo como una bola de nieve. Cuando menos te das cuenta estás rodeado de un universo, de un personaje, de sensaciones, de momentos y eso te ayuda para poder desempeñarte en el papel”.
Leonor Watling definiría ‘La templanza’ como un manjar que es lujoso visualmente. “No digo lujosa porque hay escenarios que son paupérrimos, pero sí es lujosa en detalles y texturas. Es divertida, son personajes imperfectos y eso yo creo que es muy bonito. Y hay muchas historias. La historia de Soledad y Mauro es la principal, pero hay muchas historias maravillosas. Algunas que son una pincelada y otras con más desarrollo que también son geniales”.
“Yo defino ‘La templanza’ en calidad y profesionalismo. Te daría todos los calificativos positivos porque reúne los ingredientes y no te lo digo solo porque haya trabajado en ella, sino siendo honestos. Uno encuentra todos los ingredientes que pueden ser funcionales para que la historia en una buena sentada quieras consumirla. Se cuidó todo hasta el más mínimo detalles, serían todos los calificativos buenos”.
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