La isla de Guernsey constituye uno de los lugares más interesantes de Europa, aunque siga siendo casi una desconocida para la gran mayoría. Fue el pasado año cuando el cine la rescató para el mundo, gracias a ‘La sociedad literaria y el pastel de piel de patata‘ (2018), dirigida por Mike Newell (‘Cuatro bodas y un funeral’) y protagonizada por Lily James.

En esta bonita película, que gira en torno al descubrimiento personal y las consecuencias que trajo la II Guerra Mundial, disfrutamos del viaje de la escritora londinense Juliet Ashton (Lily James) mientras vamos conociendo la historia de los miembros de una sociedad literaria de Guernsey, que se vieron obligados a formar este club de lectura para escapar del control nazi, pero que terminaron descubriendo en la literatura una vía de escape.

‘La sociedad literaria y el pastel de piel de patata’ hizo trampas: buena parte de su rodaje estuvo localizado en el suroeste de Inglaterra, entre Devon y Cornualles. La sensación que queda tras ver la película, sin importar que conozcamos este dato, corresponde con la realidad: Guernsey es un lugar de película.

Ubicamos la isla en el Canal de la Mancha, frente a la Costa de Normandía. Pertenece a la Corona Británica, pero se encuentra más cerca de Francia. La influencia de ambos países se siente en sus habitantes, que han llegado sin embargo a desarrollar una identidad única. El mismísimo Víctor Hugo, que vivió en la isla entre 1855 y 1970, explicó esta particularidad de las islas Anglonormandas de esta manera: «pequeños trozos de Francia caídos al mar y recogidos por Inglaterra». En Guernsey terminó de escribir ‘Los Miserables’ y publicó ‘Trabajadores del mar’, inspirada en sus habitantes.

La inspiración que Víctor Hugo encontró entre los habitantes de esta isla (hoy en día, en torno a unos 60.000) puede entenderse fácilmente. Guernsey es un lugar tranquilo que todavía no ha sido excesivamente explotada por el negocio turístico, que cuenta con un clima ideal sin temperaturas extremas y con una amplia variedad de especies de plantas y árboles. Es una isla verde, con puntos turísticos interesantes como el Castillo Cornet, que data de comienzos del siglo XIII, y con tradición en los deportes acuáticos. St. Peter Port, su capital, es una de las ciudades portuarias más atractivas del continente, con sus calles empedradas y su vida tranquila y auténtica.

Sus preciosas playas y sus núcleos de población la convierten en una candidata perfecta para una escapada de desconexión o de reconexión, pues Guernsey dispuesta a ayudar al turista a que, como le sucedió a Juliet Ashton, encuentre su lugar en el mundo. En esta isla aún por descubrir esperan largos paseos y muchas historias.