El directo de Miki Núñez es un chute de energía bestial. Con una banda que le acompaña como si de una sombra se tratase, es puro espectáculo. El escenario se convierte en una fiesta sin fin. Donde despegar la mirada del escenario está prohibido. Un repaso de su primer álbum de estudio junto al equilibrio que dan las versiones de temas que cualquiera reconoceríamos. Donde retomar y enganchar al público. Y volver a lanzar esos temas propios con un sonido cuidado de forma meticulosa. Porque el traspaso al directo ha sido fantástico. Donde la música es la prioridad. La música tal cual, sin florituras ni retoques. Como las bandas de siempre. Predominando el buen gusto por la melodía. Dejando que cada uno de los instrumentos tengan el protagonismo necesario. En el momento oportuno. Y eso no suele ser lo habitual. Porque estamos en una época donde la ficción musical es protagonista de los directos.

Miki engancha y se engancha al público. El traspaso de energía es un circuito sin punto final. Donde el artista se nutre y el público hace lo propio. Con saltos, gritos y aplausos. Viviendo una fiesta de la cual no tenemos intención de salir.

Es de esos artistas que tienen y construyen el sello del directo. El camino de las bandas de antes, donde la música se defendía sobre un escenario. Ofreciendo una comunicación propia. Una complicidad inigualable con toda su banda. Esa misma que luego envía a sus seguidores. Construyendo cada eje desde la honestidad que siempre nos mostró. Haciendo honor a esa lealtad que conocimos en él. Porque la verdad siempre encuentra el camino.

María Villar y ‘Escriurem’ junto a Miki Núñez

Uno de los momentos más especiales de anoche fue la entrada a escenario de su compañera María Villar. Con ella y junto a ella llegó el momento de ‘Escriurem’. Un tema que ya está en camino de ser ese himno. El que perdura por encima del tiempo. Con el que el silencio y la emoción conjugan para ser el tema inolvidable. El que el público siempre querrá ver reflejado. 

‘Escriurem’ sonó como siempre y como nunca. Con unos arreglos y puntos álgidos clavados y perfectos. Miki Núñez consiguió hacernos conscientes de la vida. De sus tejes y manejes. De lo complicado. Que nada será fácil pero siempre sabremos a donde volver. Siempre tendremos un puerto seguro al que regresar.

‘Amuza’ y su tour, señoras y señores y demás géneros, es puro espectáculo.

*Fotografías por Ana Márkez


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